Qué difícil es ser padres ¿no es cierto? Es mucha más sencilla la teoría que la práctica. Siempre se sabe, teóricamente, que es lo que un padre en determinada circunstancia debe hacer, pero cuando en la práctica debe llevarlo a cabo, hay muchas variantes que hacen muy difícil la decisión. Los sentimientos, por ejemplo, son una de esas variables. ¿Cómo hacer para decirle que no a un hijo cuando este llora, grita o patalea? Es muy difícil ir en contra de los sentimientos y muchas veces los padres ceden en determinadas situaciones con tal de no ver sufrir a su hijo. Es ahí cuando comienzan a forjarse los niños manipuladores.
Los niños manipuladores son aquellos capaces de hacer cambiar el rumbo de una decisión de sus padres. Esa es una capacidad innata de los niños, pero que depende, pura y exclusivamente, de los padres evitar que se desarrolle. Pero ahora bien, ¿Cómo hacerlo? ¿Cuándo decir qué no? ¿Cuándo decir basta?
La historia comienza cuando son bebés, cada llanto del niño es una llamada de alerta para los padres, un pedido de alimento, abrigo, cuidados, limpieza, caricias, y lo que sea necesario para calmar su llanto.
Manipulación Infantil
El problema más grande llega cuando esa manipulación excede los niveles más cercanos, que son los padres, llegando hasta cualquier persona próxima al niño.
Para evitar estas situaciones es importante que los padres pierdan sus inseguridades, es decir, por ejemplo, el miedo a perder el amor de su hijo. Esto como primera medida. Luego, es aconsejable, si los problemas persisten, pedir ayuda a un profesional, para evitar que dichos problemas se expandan a todos los ámbitos sociales en los que el niño actúa.
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