jueves, 14 de diciembre de 2017

ABUELOS Y NIETOS


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Hablaremos de las relaciones entre abuelos y nietos.
Sin duda alguna, una de las etapas bellas que se puede experimentar en la vida es la de conocer a los hijos de tus hijos, porque es la bendición más grande de lo que más amas. Cuando se es abuelo, ya no hay rotundas obligaciones con los hijos que se fueron, ni hay responsabilidad directa en la educación de los nietos. Aunque sí existe siempre el pendiente de que los nietos tengan lo mejor y les vaya bien en la vida.
Un buen abuelo es simplemente acompañar, estar cerca, incluso con la preocupación de cómo no hacer las cosas. Ahora, cualquiera que sea la situación de un abuelo, ya sea que viva en su propia casa o donde viven los hijos casados, cerca o lejos, en la misma ciudad u otra, es importante que sepa ayudar a sus hijos, yernos o nueras, dentro del ámbito familiar, pero con una condición: prestarla sólo y cuando sea preciso y sólo cuando la ayuda sea requerida.

Así que para quienes sus hijos los han hecho abuelos, sean conscientes que ustedes desempeñan una importante función a todos los niveles  en la vida familiar. Su sola presencia  nos hace cobrar conciencia de nuestras raíces, y lo que aportan es de gran valor, por eso les invito a que reflexionen en lo siguiente:
1)   Mimar sin exceso
Se comenta muy seguido que los abuelos miman mucho, y es natural porque suelen ser más comprensivos y tolerantes que los padres, lo cual no está mal, siempre y cuando no caigan en el exceso, porque si es así, debe evitarse. Aún cuando la responsabilidad principal de educar es de los padres, no es excluyente de los abuelos. Se trata de respaldar la labor educativa del padre y de la madre, de estar atentos al estilo y normas que establecen para su educación. Por ejemplo, si los padres exigen a los hijos que se ocupen de todo lo que pueden resolver por sí mismos para fomentar la responsabilidad, la independencia y otros aspectos que les favorecen, y los abuelos hacen lo contrario cuando conviven con ellos, de ser permisivos en todo, sin que tengan esfuerzo alguno, están desacreditando la labor de papá y mamá, y eso no sólo afecta la armonía entre abuelos y padres, si no que también pone en desequilibrio la relación de padres e hijos.
Sin necesidad de que los abuelos renuncien a su estilo amoroso de tratar a los nietos, han de estar conscientes de que se ha de decir “no” en ocasiones, por el bien de los nietos..
2)   Reconocer la nueva autoridad
Hay ocasiones en que los abuelos no asimilan adecuadamente la nueva situación de que el hijo o la hija ya están en un nuevo rol de responsabilidades propias. Por lo que no renuncian a un dirigismo en la vida de los hijos, esto es más común cuando los padres-abuelos viven juntos, o bien, conviven muy seguido por la necesidad que los nietos se quedan al cuidado de los abuelos; por lo que se desata una serie de desacuerdos sobre cómo actúan los padres en ésta o aquella situación con sus nietos. Si bien, los abuelos se consideran la voz de la experiencia, también es de la sabiduría, por lo que siempre deben buscar la manera de cómo y en qué momento decir su opinión sobre cierta situación, pero a solas, sin presencia de los nietos para no desatar conflictos y roces.

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