lunes, 16 de febrero de 2015

La violencia contra niños y niñas (Tercera parte)

La violencia en niños y adolescentes


Hay una gran preocupación por la incidencia del comportamiento violento entre niños y adolescentes. Este complejo y perturbador asunto necesita ser cuidadosamente entendido por padres, maestros y demás adultos.
Los niños acostumbran a mostrar comportamientos violentos desde bien pequeños. Los padres y otros adultos que presencian este tipo de comportamiento se preocupan por el niño, pero por lo general, “esperan que lo supere al crecer”. Hay que tomarse muy en serio el comportamiento violento de un niño, independientemente de la edad que tenga. No debemos minimizar el problema diciendo que “está pasando por una fase”.
La violencia en niños y adolescentes puede incluir una amplia gama de comportamientos: arrebatos de ira, agresiones físicas, peleas, amenazas o intentos de herir a otros, pensamientos homicidas, uso de armas de fuego, crueldad con los animales, encender fuegos, destrucción intencional de la propiedad, vandalismo, etc.



Factores que aumentan el riesgo de la violencia
Muchas investigaciones han llegado a la conclusión de que hay una combinación de factores que lleva a un aumento en el riesgo del comportamiento violento en  niños y adolescentes. Estos factores incluyen:
§  Comportamiento agresivo o violencia previa.
§  Ser víctima de un abuso físico y/o sexual.
§  Exposición a la violencia en el hogar.
§  Factores genéticos (hereditarios de la familia).
§  Exposición a la violencia en los medios de comunicación (televisión, radio, etc.).
§  Uso de drogas y/o alcohol.
§  Presencia de armas de fuego en casa.
§  Combinación de factores de estrés socioeconómicos de la familia (pobreza, carencia de medios, etc.).
§  Separación matrimonial, divorcio, padre/madre soltero, desempleo, falta de apoyo por parte de la familia,  abandono, etc.
§  Daño cerebral debido a heridas en la cabeza.

¿Cuáles son las “señales de alerta” de la violencia infantil?
Los niños que presentan el siguiente tipo de comportamiento deben ser cuidadosamente evaluados y los padres y maestros tienen que tener cuidado de no minimizar este tipo de comportamientos:
§  Ira intensa.
§  Ataques de furia o pataletas.
§  Irritabilidad extrema.
§  Impulsividad extrema.
§  Frustración fácil.
¿Qué se debe de hacer si el niño muestra un comportamiento violento?
Cuando un padre u otro adulto se preocupa por el comportamiento de su hijo, tiene que seguir los pasos necesarios para llevar al niño a que se le haga una evaluación completa y comprensiva por un profesional de salud mental cualificado. El tratamiento a tiempo por parte de un profesional puede ayudar y tiene como objetivos ayudar al niño a controlar su ira, expresar su frustración y su enfado de manera apropiada, asumir responsabilidades por sus acciones y aceptar las consecuencias. Además, se tienen que tratar los posibles conflictos familiares, escolares y demás.
¿Se puede prevenir el comportamiento violento infantil?
Las diversas investigaciones demuestran que la mayor parte del comportamiento violento se puede reducir o impedir si se reducen o eliminan los factores de riesgo enumerados arriba. Lo más importante es que se reduzca al máximo la exposición del niño o adolescente a la violencia en el hogar, la comunidad y los medios de comunicación. Es evidente que la violencia genera violencia. Para reducir o prevenir el comportamiento violento se pueden utilizar las siguientes estrategias:
§  Prevención del abuso infantil (a través de programas sobre la crianza de los niños, apoyo a la familia, etc.).
§  Educación sexual y programas para enseñar a los adolescentes a criar a los niños.
§  Programas de intervención temprana para niños y jóvenes violentos.
§  Supervisión de la violencia que ven los niños en los programas de televisión, vídeos y películas.


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