lunes, 18 de febrero de 2013

La Soledad en el adolescente



Déficits de conocimientos. Es posible que estos niños no hayan adquirido los conocimientos apropiados para su edad y necesarios para desarrollar relaciones sociales satisfactorias (2). Por ejemplo, es posible que no comprendan lo que tienen que hacer para ser considerados "un buen amigo" o lo que deben esperar de sus buenos amigos. Cuando se les pregunta, "¿Qué significa ser un buen amigo?" o "¿Qué puedes hacer para que otros niños te inviten a jugar?", no responden con los conocimientos y la comprensión de sus compañeros sin dificultades de aprendizaje.

Déficits en la ejecución (performance déficit)
. Aún cuando tengan conocimientos sociales apropiados para su edad, los niños con DA posiblemente no sepan convertir esa información en la conducta social apropiada (3). Por ejemplo, es posible que Daniel sepa que tiene que esperar su turno durante un juego con sus amigos. Sin embargo, no logra controlar su entusiasmo y reacciona a la frustración de tener que esperar volviéndose agresivo o llorando. Esta conducta no le hará popular con los demás muchachos.

Adoptar la conducta del niño rechazado. A veces las palabras y las acciones del niño solitario comunican a los demás que tiene bajo autoconcepto y que no espera ser aceptado por el grupo o hacer amigos (4). Por ejemplo, Sara quiere unirse a un grupo que juega pero a la vez anticipa que no se lo permitirán. Está preparada emocionalmente para ser rechazada. Por lo tanto, si al acercarse los ve riéndose, podría asumir que se están riendo de ella o riéndose porque se quiere integrar al juego. Si se siente ansiosa o no tiene suficiente paciencia para esperar y averiguar lo que realmente está sucediendo, podría decir enseguida, "Si no quieren que juege con Uds. entonces ¡me voy!" De esta forma, Sara podría "ocasionar" la situación que justamente teme.

Las investigaciones han permitido identificar dos subtipos de soledad en niños con DA (7). Estas categorías podrían ser particularmente útiles para los padres o maestros que buscan la forma de ayudar al niño a ser más competente socialmente. En vista de las características contrastantes de los dos subtipos detallados abajo, sería imposible diseñar un abordaje de "talla única" para ayudar a los muchachos con DA a afrontar y superar la soledad.

Interiorizada (internalized). Estos muchachos tienden a ser retraidos, no agresivos, introvertidos, extrema-damente solitarios y aislados. También se caracterizan por ser ansiosos, aprehensivos, tímidos y con baja asertividad social.

Exteriorizada (externalized)
.  Este grupo de niños solitarios con DA eran percibidos por sus padres y maestros como más agresivos, a veces hiperactivos, frecuentemente deficientes en la resolución de problemas y carentes de destrezas sociales, mostrando una tendencia a responder con ira y hostilidad.

Adicional a esos dos subtipos psicológicos/conductuales generales de niños con DA, se han identificado varias dificultades sociales y psicológicas específicas que podrían presentarse en estos niños (8):

Una percepción negativa de sí mismos
. Por ejemplo, la mamá de Tom señala que su hijo parece tener más amigos en su nueva secundaria. La respuesta de Tom es: "Espera unas semanas; cuando me conozcan mejor, me echarán a un lado."

Una percepción negativa de los demás
. Por ejemplo, Bob, de siete años, se niega a participar en el juego de pelota que organizan los muchachos después de clases, aunque lo han invitado a participar. Cuando su maestra le pregunta por qué no participa, Bob responde: "En realidad ellos no quieren que yo juegue, solo quieren reirse de mi."

Falta de receptividad en situaciones sociales. Por ejemplo, cuando un grupo de niños le pide a Guy que los ayude en un juego, éste se enoja y se niega porque no se da cuenta que los demás muchachos le están ofreciendo la oportunidad de incorporarse al grupo.

Patrones inapropiados de compartir información personal
. Por ejemplo, cuando una compañera le pregunta a Rina si le gusta su nueva clase, Rina responde detalladamente sobre las injusticias, reales e imaginadas, que sufre en la escuela, aburriendo a la muchacha que simplemente quería interesarse un poco en su nueva compañera.

El identificar cómo su hijo experimenta la soledad constituye el primer paso para ayudarlo. Al igual que sus problemas académicos requieren evaluación, objetivos de intervención, pasos planificados para alcanzar los objetivos y apoyos del adulto, sus dificultades sociales-emocionales se beneficiarán de un abordaje sistemático e individualizado que se enfoque en empoderarlo.




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