miércoles, 21 de septiembre de 2011

EL SUICIDIO EN NIÑOS Y JÓVENES - ALGO PREOCUPANTE


El suicidio entre los adolescentes ha tenido un aumento dramático recientemente. Cada año miles de adolescentes se suicidan . El suicidio es la tercera causa de muerte más frecuente para los jóvenes de entre 15 y 24 años de edad, y la sexta causa de muerte para los de entre 5 y 14 años.

Los adolescentes experimentan fuertes sentimientos de estrés, confusión, dudas sobre sí mismos, presión para lograr éxito, incertidumbre financiera y otros medios mientras van creciendo.

Para algunos adolescentes el divorcio, la formación de una nueva familia con padrastros y hermanastros o las mudanzas a otras nuevas comunidades pueden perturbarlos e intensificarles las dudas acerca de mismos. En algunos casos, el suicidio aparenta ser una “solución”.

La depresión y las tendencias suicidas son desórdenes mentales que se pueden tratar. Hay que reconocer y diagnosticar la presencia de esas condiciones tanto en niños como en adolescentes y se debe desarrollar un plan de tratamiento. Cuando hay duda en los padres de que el niño o el joven pueda tener un problema serio, un examen psiquiátrico puede ser de gran ayuda.

Muchos de los síntomas de las tendencias suicidas son similares a los de la depresión.

Los padres deben de estar conscientes de las siguientes señales que pueden indicar que el niño y / o adolescentes está contemplando el suicidio.

-                     Cambios en los hábitos de dormir y de comer
-                     Retraimiento de sus amigos, de su familia o de sus actividades habituales
-                     Pérdida de interés en sus pasatiempos y otras distracciones
-                     Actuaciones violentas, comportamiento rebelde o el escaparse de casa para un lugar solitario
-                     Uso de drogas o de bebidas alcohólicas
-                     Abandono poco usual en su apariencia personal
-                     Cambios pronunciados en su personalidad
-                     Aburrimiento persistente, dificultad para concentrarse, o deterioro en la calidad de su trabajo escolar
-                     Quejas frecuentes de síntomas físicos como: los dolores de cabeza, estomago y fatiga, que están por lo general asociados con el estado emocional del joven
-                     Poca tolerancia de los elogios o los premios.

El adolescente y/o niño que está contemplando el suicidio también puede:

-                     Quejarse de ser una persona mala o de sentirse “abominable”
-                     Lazar indirectas como “no les seguiré siendo un problema”, “nada me importa”, “para qué molestarse” o “no te veré otra vez”
-                     Poner en orden sus asuntos; por ejemplo, regalar sus posesiones favoritas, limpiar su cuarto, botar papeles o cosas importantes para el niño o adolescente
-                     Ponerse muy contento después de un periodo de depresión, y
-                     Tener síntomas de psicosis (alucinaciones o pensamientos extraños)

Si el niño o adolescente dice, “yo me quiero matar o “yo me voy a suicidar”, tómelo muy en serio y llévelo a un psiquiatra de niños y adolescentes o a otro médico para que evalúe la situación. La gente se siente incomoda y no le gusta hablar sobre la muerte. Sin embargo, puede ser muy útil el preguntarle al joven o niño si está deprimido o pensando en el suicidio. Esto no ha de “ponerle ideas en la cabeza”; por el contrario, esto le indicará que hay alguien que se preocupa por él y que le da la oportunidad de hablar acerca de sus problemas.

Si una o más de estas señales ocurre, los padres necesitan hablar con su niño acerca de su preocupación y deben de buscar ayuda profesional. Con el apoyo moral de la familia y con un tratamiento profesional, los niños y adolescentes con tendencias suicidas se pueden recuperar y regresar a un camino más saludable de desarrollo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario