jueves, 22 de septiembre de 2011

EL ABANDONO DE NIÑOS EN LA VIDA REAL

A diferencia de los niños que huyen del hogar, aquellos que han sido abandonados reciben el nombre de expósito. Las sociedades liberales con fuertes estructuras sociales y leyes de adopción tienen menores índices de abandono de niños.
Históricamente, muchas culturas han practicado el abandono de infantes. Aunque algunos niños pueden sobrevivir si son adoptados, el abandono es generalmente aceptado como una forma de infanticidio. Como Tertuliano lo describe en su Apología“es ciertamente más cruel que matar... el abandonarlos al frío y al hambre de los perros”. En la actualidad esta forma de abandono de niños aún existe en las casas más pobres de la India, aunque en occidente también se usó para que los ricos se deshicieran de niños indeseados, especialmente de niñas. Muchos de estos niños terminaron y aún terminan como esclavos o prostitutas.
Las primeras leyes sobre el abandono de niños prescribían que aquellos que recogieran al niño tenían que adoptarlo o criarlo como esclavo. Actualmente, el abandono de niños es considerado un crimen en muchas jurisdicciones por lo que el resultado es que el niño y el padre adoptivo terminan acudiendo al sistema de beneficencia pública. Por ejemplo, en el estado americano de Georgia, es un delito menor abandonar voluntariamente a un niño, y una felonía abandonar al propio hijo y dejárselo al estado. En 1981, la escalada de delito menor a felonía en Georgia por abandono —causado solamente por la huida de la parte acusada de ese estado— se mantuvo como constitucional por el Tribunal Supremo estadounidense 
"Niños de la calle es un término cada vez más reconocido por sociólogos y antropólogos para categorizar a un grupo social que realmente no está definido, ni forma una población o fenómeno homogéneos. (Vid. Glauser, 1990; Ennew, 2000; Moura, 2002). Por tanto, con niños de la calle nos referimos a niños de una enorme variedad de circunstancias y características que resultan difícilmente catalogables para los servicios sociales o asesores políticos. De cualquier modo, son niños y niñas de todas las edades que viven y trabajan en espacios públicos, y son visibles en la gran mayoría de los centros urbanos de todo el mundo, cabe recalcar un negro como grau o el tipo de gamines que solo piden y piden como Fran.
"La definición de niños de la calle está aún en discusión, pero muchos de los responsables de la redacción de políticas para la UNICEF utilizan este concepto para referirse a menores de 18 años para los que "la calle" -incluyendo bajo este término inmuebles abandonados y descampados- se ha convertido en un hogar y en su medio de vida, y que se encuentran en un estado de desamparo e indefensión.
Niños de la calle es un término ampliamente difundido por el territorio hispanohablante y tiene sus paralelos en el francés (les enfants des rues), el inglés (street children), el portugués (meninos da rua) y el alemán (Straßenkinder). "Niño de la calle" también suele considerarse un término peyorativo. En otros idiomas, el término utilizado para designar a esos niños varía según diferentes matices. Aquí reseñamos algunos de ellos:
..."gamín" (en francés, golfo), urchin), "chinches" en Colombia, "pivetes" -pequeños delincuentes- en Río de Janeiro (Brasil, donde también se les llama "pájaro frutero"; y "pirañitas", en Perú, "polillas" en Bolivia, "resistoleros" (de Resistol, una marca de pegamentos) en Honduras; "scugnizzi" (peonzas) en Nápoles (Italia), "Batang Lansangan" en Filipinas, "Bụi Đời" (el polvo de la vida) en Vietnam, "saligoman" (niños malos) en Ruanda, "poussins" (pollos), o "moustiques" (mosquitos) en Camerún y "balados" (vagabundos) en la república democrática del Congo.
 En Perú actualmente se les llama niñas, niños y adolescentes en situación de calle, pero sin duda, se refiere al mismo fenómeno que en los últimos años ha sufrido algunas variaciones en su comportamiento y población. Hay una reducción de presencia en las calles, suelen unirse en grupos y alquilar cuartuchos en donde duermen. Esto hace que en las calles se pueda ver a muy pocos. Adicionalmente asaltan a modo de pandillas y muchos de ellos tienen mayoría de edad, pero su apariencia desnutrida y suciedad no permite su reconocimiento inmediato.
Aunque no existe ningún registro fiable, se suele afirmar que el número de niños viviendo independientemente en las calles del mundo oscila entre los 100 y los 150 millones. Según un informe del Consortium for Street Children, una asociación de ongs del Reino Unido.
"Calcular el número de niños de la calle presenta muchas dificultades. En 1989, la UNICEF estimó que alrededor de 100 millones de niños crecían en áreas urbanas de todo el mundo. 14 años más tarde, la misma institución refería que "las últimas estimaciones cifran el total de estos niños en un máximo de 100 millones" (UNICEF, 2002:37). Y, más recientemente, "El número exacto de niños en estas condiciones es imposible de cuantificar, pero las estadísticas hacen pensar en decenas de millones alrededor del mundo. Es probable que estas cifras estén aumentando" (UNICEF, 2005:40-41). Por lo tanto, aunque la cifra de 100 millones se sigue utilizando, no tiene una base de hecho (véase Enner y Milne, 1989; Hecht, 1998, Green, 1998). Del mismo modo, es discutible si el número de niños de la calle ha aumentado globalmente o es la conciencia de su existencia en las sociedades la que ha crecido.

§  India: 11.000.000
§  Brasil: 10.000.000 (cifras en discusión)
§   Rusia: 1.000.000 - 3.000.00
§  Egipto: 200.000 - 1.000.000
§  Kenia: 250.000 - 300.000
§  Filipinas: 200.000
§  Turquía: 32.000
§  Marruecos: 30,000
§  Vietnam: 23.000
§  Jamaica: 6.500
§  Latino América y el Caribe 40 millones (10 en Brasil)
Mongolia: 3.700 - 4.000.
§  Uruguay: 3.000

Aunque la mayoría de éstos viven en países subdesarrollados, también viven en países industrializados y ricos como Alemania, donde se estima un total que ronda los 10.000 niños y los EEUU, son entre 750.000 y 1.000.000.

Sexo

Aunque hay variaciones entre países, se ha estimado que el 70% de los niños de la calle son chicos. Aunque siempre la mayor parte de niños y adolescentes en situación de calle son varones, en los últimos tiempos ha habido un aumento de parte del sexo femenino, pero es importante recordar que la calle es un espacio de mucho riesgo, más aún para niñas y adolescentes.
Que haya niños malviviendo en la calle no es un fenómeno reciente, como lo demuestran algunos cuadros constumbristas de conocidos pintores como Murillo. En la introducción de su Historia del abandono infantil en la Rusia soviética (1918-1930), Alan Ball afirma
"Los niños huérfanos o abandonados han sido una fuente de miseria desde antiguo. Aparentemente estuvieron relacionados con la prostitución de jóvenes en la Roma de Augusto y, pocos siglos después, motivaron que un concilio eclesiástico convocado en el Galia Transalpina declarase: Respecto a los niños abandonados: Hay una queja generalizada de que en estos días están más expuestos a los perros que a la amabilidad. Sobre la Rusia zarista, algunas fuentes describen a grupos de muchachos vagabundeando por las calles, es éste un fenómeno que ha sobrevivido a todos los métodos de erradicación intentados. Mucho antes de la revolución rusa, el término "bezprizornye" había conquistado una amplia difusión.
Los niños pueden terminar en la calle por distintas razones, de las cuales las más típicas son las siguientes:
§  No tienen elección: Han sido abandonados, son huérfanos o       han sido expulsados de sus hogares.
§  Eligen vivir en la calle a raíz de maltratos sufridos en su casa,     por negligencia de los padres o porque simplemente su familia      no es capaz de cubrir sus necesidades básicas.
§  Eligen vivir en la calle por los ingresos que con sus    actividades puedan reportar a sus familias. Si esos hogares y         familias, como parte integrante de la sociedad, son incapaces        de mantener la vida de ese niño, puede por tanto decirse que      las razones últimas del abandono del domicilio paterno son las condiciones         sociales, económicas, políticas y     medioambientales impuestas por el conjunto de la sociedad    en que ese grupo marginal se inscribe.

CAUSAS
§  Desintegración del entorno familiar
§  Conflicto armado
§  Pobreza extrema
§  Desastres (naturales o provocados)
§  Hambre
§  Abusos físicos y sexuales
§  Explotación infantil
§  Desplazamiento social tras emigración
§  Urbanización y crecimiento descontrolado de suburbios
§  Incultura
La orfandad por otros motivos, como epidemias o sida es otra causa que podría añadirse a esta lista. Dentro de las causas es necesario mencionar la falta de residencia, esta falta de capacidad de enfrentar un entorno negativo y lograr salir adelante, aprendiendo diversas lecciones que son implementadas para resolver problemas futuros. Debemos preguntarnos ¿a qué se debe que niños en las condiciones familiares, económicas y sociales difíciles no abandonan sus hogares? Por lo tanto, no sólo estamos ante un fenómeno con causas sociales, sino también personales, en donde se debe averiguar como procesó sus experiencias de vida cada niños, niña y adolescente, si tuvieron modelos a imitar para enfrentar o rehuir de los problemas.

Escuadrones de la muerte


La mayor parte de los niños de la calle se  morirán antes de llegar a los 18 años. Entre 4 y 5 adolescentes mueren diariamente y cada 12 minutos un niño recibe una paliza. 

Narcotráfico

Las bandas de narcotraficantes son responsables de casi la mitad de asesinatos infantiles. Desde la década de los 90, la nueva cultura de la droga ha causado estragos, sobre todo entre los más pobres. Hoy en día, Brasil es el segundo consumidor mundial de cocaína, sólo por detrás de los EEUU. En las favelas -donde se concentra el 25% de la población de Rio- son las bandas de narcotraficantes quienes controlan los recursos. Algunos niños de la calle son reclutados por estas bandas, que les dan armas ligeras para su protección. Los chicos son utilizados como correos de la droga entre compradores y vendedores. No es de extrañar, por tanto, que las posibilidades de que uno de estos niños mueran en los barrios MARGINADOS.

La respuesta de los gobiernos

Al no haber alcanzado la mayoría de edad, los niños de la calle no cuentan con representación política alguna. El desamparo político es total, en cuanto que carecen de cualquier intercesor frente al gobierno, que en buena lógica sería la única institución con capacidad de resolver un problema de las dimensiones descritas. Por otra parte, su capacidad económica es prácticamente nula, por lo que tampoco son objeto de atención de los núcleos de poder extragubernamentales. Si los derechos de los niños de la calle suelen ser ignorados por sus gobiernos, también lo son por muchos otros gobiernos del mundo, aunque algunos de ellos hayan ratificado la Declaración de los Derechos del Niño, promulgada por la ONU. Los gobiernos suelen verse bastante comprometidos por los informes sobre niños viviendo en la calle, y generalmente culpan a los padres o a países vecinos. Otro de los argumentos oficiales suele ser culpar a las ONGs por su tarea en beneficio de estos niños desfavorecidos: según ellos, su solidaridad va "animando" a otros niños a echarse a la calle para compartir las "ventajas" de su estado. Las políticas gubernamentales suelen girar en torno a medidas más radicales, como enviar a los niños a orfanatos, casas de acogida o instituciones correccionales, o simplemente "aislando" los barrios conflictivos. De cualquier modo, muchos de los niños que están en la calle han llegado allí tras fugarse de uno de estos centros en los que son recluidos por el gobierno, aunque otros gobiernos prefieren coordinar su trabajo directamente con los programas de las ONGs. En ocasiones los gobiernos organizan "guardias urbanas" dedicadas a echar a los niños de las calles y expulsarlos, o encarcelarlos. La política oficial, por tanto, oscila entre la tolerancia y el desalojo, eventualmente por la fuerza.
En Colombia, concretamente en Calarca, Quindio, vía La Línea.
Las instituciones gubernamentales y educativas están consientes de  este hecho: El hambre, la pobreza absoluta, lleva a estas criaturas (5 a 12 años) a prostituirse, son los propios niños los que, para sobrevivir, se ofrecen en esta importante carretera, para llevar el sustento a sus hogares. Se les llama “niños terneros”.

"La humanidad debe al niño lo mejor que puede darle...
El niño gozará de una protección especial
y dispondrá de oportunidades y servicios,
dispensado todo ello por la ley y por otros medios, para que pueda desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable y normal, así como en condiciones de libertad y dignidad...
El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación".

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