martes, 17 de enero de 2012

¿HAGO MAL AYUDANDO A MI HIJO (A) A HACER LOS DEBERES?



La ayuda de los padres en las tareas escolares es necesaria, pero es muy importante saber cómo ayudarles para que esa contribución les sea de auténtico provecho. Si tu hijo es tan “remolón” como dices, quizá necesite tu apoyo más que otros niños, pero nunca que seas tú quien haga sus deberes, sino quien le guíe y estimule.


La mayoría de los niños se enfrentan a similares dificultades con los deberes, tareas que deberían resolver en poco más de una hora, se quedan sin terminar o se prolongan hasta después de la cena, casi siempre por falta de método y estrategias adecuadas. El papel de los padres es precisamente ayudar a vencer esas dificultades atendiendo a estas indicaciones:

Motivarlos mostrando interés en los trabajos que deben realizar, prestando atención a sus preguntas y procurando que aprendan a sentirse satisfechos cuando consiguen resolver solos sus tareas.

Enseñarles a organizarse, a distribuirse el trabajo, programar su tiempo y aprovecharlo sin distracciones ni interrupciones que dispersen la concentración. Para ello es necesario facilitarles un ambiente adecuado y tranquilo.

Controlarles el trabajo. No se trata de corregir sus deberes, sino de orientales en la forma de buscar información, asegurarse de que han entendido bien las preguntas e instrucciones, resolver sus dudas y supervisar que el niño termine todas las tareas que le han puesto.

El propósito de los deberes es precisamente comprobar que tu hijo ha asimilado adecuadamente lo que han hecho en clase, además de despertar en él hábitos de estudio responsables y habilidades eficientes. Si tú le haces los deberes, se los corriges e intentas que le llegue al profesor una tarea impecable, tu hijo no desarrollará esos hábitos ni aprenderá esas habilidades y el profesor no detectará el problema, ya que los deberes que corrige no son los del niño sino los tuyos.

No lo olvides, tu ayuda es imprescindible, pero nunca debe convertirse en el modo de encubrir a tu hijo o engañar a los profesores. Además, el resultado sería nefasto cuando tenga que enfrentarse a controles en el colegio y sin tu ayuda. Tal vez, entonces sea demasiado tarde para enderezar el curso.



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