miércoles, 24 de abril de 2013

Aprender a superar relaciones tormentosas



Existen relaciones que la dejan a una muy tocada durante mucho tiempo por lo complicadas que han sido.
Tras una relación tempestuosa en la que ha habido más malos momentos que buenos, donde no era fácil expresar las opiniones, ni establecer unos mínimos de relación respetuosa en ambas direcciones, en las que hayan sido buenas o malas las relaciones sexuales siempre has tenido la sensación de que tú ponías bastante más que él…, la cosa no para tras la ruptura.
Después de romper queda un poso de sentimientos mezclados del que resulta complicado zafarse; a veces, eso se mantiene durante mucho tiempo.
Existen sentimientos de fracaso, a veces de culpa, también de rabia, y no es raro que se haga extensible a todos los hombres los sentimientos ocasionados y dirigidos a uno sólo: el ex.




UN MURO DE FRIALDAD
En tal situación resulta muy difícil sustraerse a la tentación de afirmar que “todos los hombres son iguales” lo que lleva a levantar un muro de frialdad hacia el otro sexo cuyo objetivo explícito, declarado, es mantenerse alejada de los hombres y el implícito, apenas reconocido, sentirse protegida de ellos. Ese muro defensivo obstaculiza la normal relación con los hombres y no favorece la posibilidad de encontrar al que está esperando a que tú llegues.

También es posible que la secuela no sea alejarse por completo de los hombres sino del compromiso emocional con ellos. Eso no impide mantener una relación fluida con ellos, pero sin implicarse demasiado. Pueden admitirse relaciones laborales y amistosas fáciles sin llegar a más. Esa circunstancia puede desencadenar un periodo de abstinencia absoluta de relaciones sexuales con hombres. Pero también puede producir lo contrario: una cadena de relaciones sexuales sin compromiso que utiliza a los hombres como pañuelos de papel.
Las relaciones sexuales pueden ser, así, muy satisfactorias; incluso vengativas en algunas ocasiones que recuerdan a momentos difíciles del pasado. Pero no es raro que te dejen vacía por dentro y anorgásmica. ¿Cómo podrías superar tales relaciones nefastas y sus consecuencias?
Aunque te parezca una tontería, lo mejor es la prevención. Es decir, evitar que una relación llegue hasta esos extremos. Eso no quiere decir que tengas que quedar exhausta buscando remedio a una relación que funciona mal hagas lo que hagas. Hay que pensar en la posibilidad de romperla, por buena que te parezca y por mucho que te digas que le quieres, antes de que llegue a más. Porque con frecuencia nos empeñamos en mantener en activo una relación negativa por el miedo a quedar solas, sentirse fracasadas o creer que no se va a encontrar a otro hombre mejor acoplado a ti. Tienes la obligación de protegerte. Déjalo antes de que te haga más daño. En tales circunstancias, las secuelas tras las rupturas suelen ser menores.
Si no lo has podido evitar.
Pero si has prolongado demasiado tiempo el final y has quedado “tocada” de un modo u otro por esa relación tan negativa necesitarás ayuda que te permita superar todas las posibles secuelas.
Puedes acudir a una buena amiga que esté dispuesta a escucharte sin la intención de darte palmaditas en la espalda y sostenerte en todas tus ideas sobre lo que ha ocurrido. Ella debe estar dispuesta a decirte, y tú a escucharlo, todas aquellas cosas que hiciste mal para que la relación terminara así, de ese modo podrás rectificarlas en el futuro. Entre ambas deberéis establecer, también, las cosas que puso él para identificar lo que no debes consentir en el futuro. Este proceso de reconstrucción suele ser doloroso, porque las relaciones de pareja van mal porque ambos ponen algo de su parte (aunque los aspectos más negativos los haya puesto el otro) y conviene identificarlo todo para evitar repeticiones.
Con frecuencia, las amistades no son capaces de interpretar este papel de espejo tan necesario. Entonces, en vez de dejar que la cosa se termine sola (en a saber cuánto tiempo), es mejor acudir a un terapeuta que te ayude en este proceso. Será más costoso económicamente. Pero nunca invertirás tu dinero en algo mejor: tú misma.



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