martes, 4 de octubre de 2011

EL MIEDO EN LOS NIÑOS

Si tu hijo sufre por algún miedo es muy importante que le transmita tranquilidad, seguridad, y le ayude a superar a sus miedos con mucho cariño y comprensión. De una forma general, los miedos suelen aparecer en niños de edad comprendida entre los 3 y los 6 años de edad. El niño todavía no entiende el mundo que lo rodea y tampoco es capaz de separar lo real de lo imaginario. En los primeros años de vida, el niño conoce la existencia de personajes a través de los cuentos, películas, etc., y a la vez pasa a inventar compañeros y personajes, e incluso situaciones imaginarias. 




Los miedos son sentimientos totalmente normales en los niños . 

Algunos miedos llegan a ser perjudiciales al desarrollo del niño, sin embargo hay otros que incluso, pueden hacer con que el niño evite algún accidente: Por ejemplo: miedo al cruzar una calle, miedo de caerse del columpio, miedo a los animales, etc. Son miedos que enseñan al niño a ser mas precavido en situaciones que exigen mas cuidados. 


Según algunos investigadores, los miedos aparecen y desaparecen, y a veces sin darnos cuenta de ello. Y cambian a la medida que el niño va creciendo. Los niños empiezan a tener miedo a las personas extrañas, a objetos raros, a los ruidos fuertes, a la oscuridad, y luego empezarán a tener miedo a la muerte, a los monstruos, a los ladrones, etc. Muchos de estos miedos se ven inducidos por el ambiente externo como las películas, los cuentos, las historias de los amiguitos, y otros están fundados en experiencias negativas en casa o fuera de ella, y de hecho pueden servir a los padres como alarma para identificar situaciones de algún maltrato o abuso a su hijo. 

Uno de los miedos más habituales en los niños pequeños es la angustiosa separación de sus padres, el miedo al abandono. Cuando su mamá lo deja en una guardería o con otra persona y se marcha, el bebé o el niño no sabe cuánto debe esperar para volver a verla. Y ahí aparece el miedo a la pérdida definitiva ya que el niño no tiene la capacidad de medir el tiempo. Pero a medida que el niño madura va conociendo con mas profundidad la realidad, y así superará sus miedos. Y no se puede acabar con todos sus miedos porque estos también les permiten a entender el mundo y a sentirse mas seguros en su habilidad para luchar contra el miedo. 




Qué hacer 

Como el miedo aparece porque hay alguien que lo enseña, desaparecerá cuando haya alguien que lo disuelva. Jamás una madre que tenga miedo del miedo de su hijo podrá ayudarle a sentirse mas seguro. Tendrá que estar segura primero de que continuar con ese miedo no le facilitará la vida sino que la entorpecerá. Está claro que hay que tener miedo. Es necesario para sobrevivir y diferenciar la realidad de la fantasía. Pero sí a las situaciones reales de riesgo como tirarse por la ventana, salir volando, ser superhéroe, etc.

Es necesario añadir que las diferencias para vivir los miedos siempre serán individuales y muy personales porque habrá niños que aún aprendiendo de situaciones reales con los miedos de sus padres sean más arriesgados que otros y por lo tanto sean menos miedosos. Y a ellos no hay que potenciales a tener miedo y sí enseñarles sus límites. Como por ejemplo: el que no puede tener alas para volar como Superman, etc.


Otros tipos de miedo 

Mas que un simple miedo diría yo que podríamos llamar miedos que surgen con los cambios. Ahí lo que ocurre es que por reacción de una situación (cambio de escuela, casa, comida, amigos, lenguaje, etc.) que el niño haya tenido estable anteriormente, de pronto cambia sin previo aviso sin que haya nadie que se haga de mediador en la situación nueva. Como reacción natural de cualquier ser humano a lo nuevo entonces aparece el miedo. La edad que sea, de un niño a un adulto, la reacción es de inseguridad. Cuando hay cambios y no le explican el cambio, como todo esta dado vuelta, pues la reacción más primordial es el miedo.


Como deshacer un miedo:
Se quita el miedo? 


Sí. El miedo es como un "vecino raro" que se instala en la casa. Si es bien recibido seguramente se quedará. Es como un mago. Si le quitas la magia perderá su encanto y dejará de ser un mago. Al miedo, como al "Señor de los Anillos", hay que quitarle el poder. Y el poder siempre esta por algo que desconocemos. La varita mágica es el desconocimiento. Por ello hay que explicar, de una forma lógica, lo que produce miedo al que lo siente. Es primordial para quien quiera disolver el miedo de un niño, quererlo, creerlo, y estar convencido de que puede. Es más: es necesario creer que el miedo no tiene utilidad para el niño dándole una explicación lo más verdadera posible.

Existen distintos miedos en la infancia. Pero en todos los casos, es más fácil explicar el miedo como se fuera un mago, un vecino, algo raro, pero colectivo, para que el niño se quede más centrado.

Estrategias según la edad: 

4 - 5 años - Contar un cuento inventando algo, un objeto más cercano y conocido por el niño, que sea como una varita mágica para dar seguridad. Ejemplo: en la historia de Dumbo. Le dio más seguridad saber "que para volar solo tenía que llevar la plumita mágica". Así Dumbo perdió el miedo a volar.

6 - 7 años - Acompañar al niño en el miedo. Hacer sentir seguridad. Poner humor y/o juegos. Desmitificar. Ejemplos: juego con linterna en la oscuridad. Si el niño imagina la presencia de brujas y/o monstruos, en su habitación durante la noche, juegue con él durante el día, apagando las luces de la habitación y fingiendo ser un detective, o a un pirata en busca del tesoro. Así, poco a poco su hijo se acostumbrará con la oscuridad.

8-10 años - A estas edades ya se puede explicar los miedos. Y dar autonomía al niño de cómo resolverlos. El niño tiene que implicarse. Sentirse implicado y quererlo. Sentir que su miedo no tiene sentido. Hay que inducir al niño a que encuentre una solución propia. Opine y que invente una solución. Que esté convencido de que su miedo tiene que acabar.


Aparte de todo eso, si después de intentar quitar los miedos de su hijo y ves que eso lo está perjudicando en sus estudios y en su cotidiano, llévelo a un especialista. Y aún, si después de una consulta a un especialista, y descartado todo tipo de orientación por parte de la sicología, psiquiatría, pediatría, etc., es necesario considerar que existen personas más sensibles que otras. Y que se pueden ver influenciadas por emociones de otros o situaciones que estén en el ambiente de lo paranormal.


Hay que respetar a los miedos de los niños evitando frases como: "Eres tonto por tener miedo. No seas mentiroso. No te creo." Un miedo siempre es verdad y real para el que lo tiene.

(Katam de Jalab Atamatak - psicóloga).


Los temores infantiles varían según el niño y las situaciones en las que él vive. Pero, por lo general, los miedos son universales. Empiezan alrededor del primer año de vida, y se presentan con mayor incidencia entre los 4 y los 6 años de edad.

En ese periodo, el niño empieza a tener miedo a los insectos, a los animales, a la oscuridad, a las personas desconocidas, a los fuertes ruidos, a juguetes desconocidos, a los truenos y a las tormentas, a la muerte, etc. Conozca un poco más de cada uno de ellos:

Miedo a las personas desconocidas. 

Es necesario que hables con tu hijo sobre los peligros reales que tiene el hablar con personas a que no conoce. Pero no debes decirle solamente eso. No aumente sus miedos. Trata de enseñarle algunas reacciones para protegerse de los desconocidos. Por ejemplo: no aceptar caramelos, ni regalos, ni dar la mano, o dar un paseo con esa persona. En el caso de que lo obligue a ello, pedir ayuda a policías y dirigirse siempre a quién le está cuidando en ese momento. Transmítale confianza, seguridad, pero enséñale a ser precavido ante las personas a que no conocen.

Miedo a la oscuridad. 

Este miedo puede estar relacionado a algún cuento sobre monstruos, brujas, que le ha sido mal explicado. Puede también estar relacionado a las pesadillas, a los sueños, o a algún acontecimiento como el cambio de domicilio, también a las situaciones imaginarias, y a muchas más causas. Hay niños que pasan a sentirse mas seguros si dejas alguna luz cercana encendida. Pues no existe nada que se oponga a ello. Si así quiere el niño por una temporada, no hay nada de malo en eso. Luego se le pasará.

Miedo a los truenos y a las tormentas. 

Cuando haya tormentas, busca cerrar apenas los cristales de la ventana. Deja que tu hijo pueda ver la lluvia, y hágale contar cuántos relámpagos aparecen en el cielo. Siéntate a tu lado y explícale la verdadera naturaleza de los fenómenos. Explícale el porqué de la lluvia, de los relámpagos, del ruido de los truenos, etc. Y fundamentalmente explícale que esos fenómenos son normales y pasajeros. Y que no les hará daño alguno.

Miedo a los animales. 

Es muy normal que un niño sienta miedo cuando le acerca algún animal que no conoce. Las distancias deben reducirse muy lentamente, sin que el niño se sienta forzado a ello. Sería conveniente que desde una edad temprana ayudara a tu hijo a familiarizarse con los animales, enseñándole fotografías, luego contándole cuentos en los cuales haya animales, bien como documentales sobre cómo viven y se comportan. El proceso es lento, y se debe tener mucha paciencia. Acércate a un perro, por ejemplo, y acaríciale. Luego propongas a tu hijo que haga lo mismo pero cuando le apetezca. Es importante que enseñes a tu hijo que antes de tocar a algún animal desconocido, se debe pedir permiso a su dueño. Solo él sabrá decirlo si puedes acercarte o no al perro.

Miedos nocturnos. 

Hay niños que solo consiguen conciliar el sueño si está uno de sus padres acostados con ellos o acostados en la cama de los padres. El miedo a dormirse solo puede estar relacionado a otros miedos, como lo de las pesadillas por ejemplo. Evita excitación excesiva antes de la hora de dormir. Y si tu hijo te llama a gritos en mitad de la noche porque tiene miedo a estar solo, acudas a su lado y trata de relajarle con tranquilidad. No adelantará de nada si acudes nerviosa. Háblale del tema y dale muchísimo cariño.

Los miedos no son motivos para grandes preocupaciones desde que observes que no interfieren en el desarrollo de tu hijo. Pero si alguno de sus miedos no le deja al niño a que haga una vida normal, es probable que necesite de un apoyo psicológico. Y en ese caso, no lo dudes en hacerlo.



(Colaboración del Centro de Educación y desarrollo de la infancia, de la Universidad de Illinois-Eua.)

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