domingo, 3 de marzo de 2013

LAS EMOCIONES 2da parte



Los humanos tenemos 42 músculos diferentes en la cara. Dependiendo de cómo los movemos expresamos unas determinadas emociones u otras. Hay sonrisas diferentes, que expresan diferentes grados de alegrías. Esto nos ayuda a expresar lo que sentimos, que en numerosas ocasiones nos es difícil explicar con palabras. Es otra manera de comunicarnos socialmente y de sentirnos integrados en un grupo social. Hemos de tener en cuenta que el hombre es el animal social por excelencia.


Una emoción es un estado afectivo que experimentamos, una reacción subjetiva al ambiente que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato, influidos por la experiencia. Las emociones tienen una función adaptativa de nuestro organismo a lo que nos rodea. Es un estado que sobreviene súbita y bruscamente, en forma de crisis más o menos violentas y más o menos pasajeras.
En el ser humano la experiencia de una emoción generalmente involucra un conjunto de cogniciones, actitudes y creencias sobre el mundo, que utilizamos para valorar una situación concreta y, por tanto, influyen en el modo en el que se percibe dicha situación.
DIALOGOS INTIMOS O LUDICOS
Estos diálogos tienen un alto grado de participación afectiva, tienen que  ver especialmente con la posibilidad de compartir alegrías, miedos, temores, fantasías, sueños, dudas, tristezas y proyectos de vida.
Estos diálogos deben ser honestos, sinceros y calidos; al utilizarlos se esta reconociendo al otro como un ser importante en la transformación del mundo individual y familiar.
LAS PALABRAS
Ten cuidado con las palabras, pueden crear duda, dolor o confusión.

Las palabras nos hacen caer en abismos que… no quisiéramos. Nos llevan a la exageración. Pueden poner sombras en la vida de otros y en la nuestra. Las palabras pueden ser cuchillos, hielo, coraza, potro desbocado o sonido profundo de ironía. Las palabras pueden ser juicios de temor, sospechas sin fundamento y regazos de duda… Ten cuidado algunos fallan en interpretarlas. Las palabras son veloces y nadie corre lo suficiente, para después de dichas recogerlas.

Cuanto hubiéramos dado muchas veces por haber guardado silencio, por haber refrenado ese impulso de palabras agazapadas dentro de nosotros.
La palabra es el don más grande dado por Dios. No la manches, no la enturbies, no la contamines. Como llamitas apagadas por la miseria humana, que te va dejando sin luz, algo que se rompe dentro de ti. Algo que hizo llorar el corazón del Señor, y temblar el tuyo para pedir perdón.
Ximena


EL MIEDO, el terror, el pánico.


El miedo, es decir “miedo a, miedo por, miedo de” algo. 

Ya sabemos que el miedo, que el miedo es una de las emociones limitantes más predominante, le sigue el terror y por último el pánico, es lo opuesto a la confianza, la cual podríamos definir como “FE EN LA ALIANZA”. Es decir,  cuando perdemos la fe, inmediatamente abrimos lugar al miedo, que también es lo opuesto al amor.
El miedo limita la capacidad de comunicarnos, de escuchar y hablar con el corazón.
Cuando estamos en el miedo perdemos la esencia de del servicio y el empieza a pesarnos hasta hacerse irreconciliable, así comienza a pelear la mente con el corazón.
Estamos en discordia interna y cuando hay pelea interna, también la hay externa. De esta manera empezamos las guerras, desde las mas intimas, hasta las mundiales.
EL TERROR: Es el miedo  en su máximo exponente, es lo que comienza a invadirnos cuando sobrepasa el miedo.
EL PÁNICO: Miedo incontrolable e irracional.
Y estas emociones, como no, no están localizadas en el cerebro, mas concreta mente en el sistema líbico.     


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